A lo largo de la historia, muchos inversores han acumulado activos inmobiliarios que les han permitido dejar en herencia un importante patrimonio a sus familias. Pero, aunque parezca sencillo, gestionar ese patrimonio para que continúe generando ingresos conlleva un gran esfuerzo.
Justamente, diversos estudios han comprobado que aproximadamente el 70% de las familias adineradas pierde su fortuna en la segunda generación, mientras que el 90% lo hace en la tercera.
Esto puede ser consecuencia de diversos motivos como, por ejemplo, que la fuente original de riqueza disminuya con el tiempo, o incluso que las empresas cierren.
Sin embargo, a la hora de construir riqueza generacional, las inversiones en real estate son una de las mejores herramientas en la materia.
Por ello, la clave será invertir en un porfolio de activos en mercados que sean estables a largo plazo; y es allí donde los bienes raíces nos brindan una gran oportunidad, ofreciéndonos una variedad de beneficios que van desde la revalorización y las deducciones fiscales, hasta el pago de capital.
¿Cómo invertir en real estate?
La forma tradicional de invertir en bienes raíces, que es adquirir una propiedad y no desprenderse de ella por un largo tiempo, brinda una rentabilidad de entre el 3 y 5%, lo que apenas nos permitirá estar protegidos de la inflación.
No obstante, con una estrategia activa, que implica una gestión profesional, se pueden obtener rendimientos anuales que superen los dos dígitos netos en moneda dura.
Para que esto se cumpla la clave será poder rotar los activos que se posean, adquiriéndolos por debajo de su valor de mercado en subastas, bancos, administradores concursales, entre otros.
Así, si se adquieren activos inmobiliarios con un descuento del 20 o 30% respecto a su valor de mercado, y luego se transforman para llevarlos a su máximo valor y se fija una estrategia de salida, se podrán obtener importantes retornos.
En este sentido, una estrategia activa significa que, en vez de comprar una propiedad y no venderla, se la mantendrá mientras se maximiza su rendimiento, entre 2 y 5 años.
Y si a esto le sumamos una gestión operativa eficiente, lo que implica agregarle valor al activo durante la tenencia a través de renovaciones, cambios de usos, estabilización del flujo, etcétera, es posible que en 20 años se pueda multiplicar entre 5 y 10 veces el capital inicial, con retornos netos anuales de entre un 10 y 15% (de manera pasiva apenas se lograría duplicarlo en el mismo período).
La importancia de la inversión directa a través de gestoras boutique
Sin dudas, la implementación de este tipo de estrategias debe hacerse bajo el asesoramiento y la gestión profesional de entidades especializadas en la materia, como son los Asset Managers.
En primer lugar, los Asset Managers van a definir los objetivos y la estrategia que se adecuen al perfil de riesgo del inversor, basado en sus expectativas, experiencia, preferencias, entre otras cuestiones.
Es decir, se analiza a qué tipo de mercados, en qué segmentos de activos y a qué tipo de gestión está dispuesto a tener exposición el inversor.
Dicho análisis, la selección y la negociación del porfolio de activos es acorde a una estrategia exclusiva de inversión directa para cada uno de los inversores.
Pero quizás lo más interesante de la propuesta es que, aunque el Asset Manager definirá la estrategia de inversión y acompañará al cliente durante todo el proceso, desde la adquisición hasta la desinversión, es el inversor quien mantiene el 100% del control de sus activos en todo momento, ya que es una inversión directa, y no una coinversión o una inversión en un fondo.
Artículo de opinión firmado por Carlos Rincón, Director of Investor Relations USA de Inmsa Real Estate Investments
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Fuente: Brainsre