El sector de bienes raíces es conocido por ser uno de los más atractivos para realizar inversiones, ya que puede proteger el dinero contra la inflación, está basado en activos tangibles, genera flujos de caja, reduce la volatilidad y permite diversificar las carteras.

No obstante, se debe tener en cuenta que también conlleva riesgos y desafíos, como la gestión de propiedades, la liquidez limitada y la necesidad de un capital inicial significativo, especialmente cuando se trata de poner capital en otro país, como Estados Unidos.

Luego de la pandemia de Covid-19, el país del norte ha atravesado por momentos de turbulencia económica con repercusiones en los bienes raíces.

De acuerdo con Silvina Capellino, ejecutiva de cuenta de Inmsa Real Estate Investments Management, más del 50% de las propiedades del país está por encima de los valores alcanzados en la burbuja del 2008 y, si se observan los 200 fondos más grandes de Real Estate, gran parte de ellos han migrado sus capitales desde allí hacia Europa.

“Estados Unidos comenzó muy bien el 2022 pero a medida que la Reserva Federal comenzó a subir sus tasas de interés se empezó a generar un freno y el país cerró el año con una caída en sus ventas inmobiliarias del 35%”, indicó.

Inmsa anticipó estos ajustes en el mercado, por lo que durante la pandemia comenzó a vender las propiedades bajo su administración en aquel país. Desde el 2020 hasta el 2022, la firma logró desinvertir 150 millones de dólares, según compartió Mariano Capellino, director general y fundador de Inmsa.

“Las propiedades comerciales se han vuelto poco rentables para los inversionistas, debido al aumento en las tasas de interés; esto ha hecho que Estados Unidos tenga un freno muy importante en inversiones. El primer semestre del año, el volumen de inversión bajó 64% en el sector, y sigue la incógnita sobre qué va a pasar el siguiente año”, dijo en entrevista.

Avistan ejecuciones hipotecarias   

El especialista mencionó que se pueden observar dos tendencias de relevancia que podrían poner en riesgo al sector inmobiliario, el primero, relacionado con los créditos hipotecarios.

Dado que la mayoría de los financiamientos en Estados Unidos se otorgan a tasa variable, quienes adquirieron una propiedad entre el 2018 y el 2020, han visto un aumento importante en el monto de sus mensuales, lo que generaría problemas de pago.

“Si tenían un préstamo con una tasa de interés de 3%, hoy posiblemente sea de 8 por ciento. Hay inversionistas muy endeudados que analizan devolver las propiedades. Esta situación no ha sido masiva, pero creemos que habrá un cierto volumen de ejecuciones hipotecarias”, comentó.

Por otro lado, el sector de inmuebles de oficinas ha sido uno de los más preocupantes, pues los edificios mantienen niveles altos de desocupación.

Capellino mencionó que el volumen de ejecuciones hipotecarias y la turbulencia en los bienes raíces de Estados Unidos, dependerá de cuánto tiempo se prolongue la estabilización de las tasas y de la flexibilidad de los bancos.