Por Mariano Capellino, CEO de Inmsa Real Estate Investments
El hoy se presenta desafiante. La invasión de Rusia a Ucrania parece no dar tregua a un mundo que recién comenzaba a hablar de pos pandemia. La tan ansiada «normalidad» se vislumbra como una utopía lejana. Mientras tanto, inexorablemente, el mundo gira y la dinámica diaria intenta, con activa resiliencia, mantenerse e, incluso, avanzar. Si bien hoy el foco crítico se sitúa en Europa, repercute a nivel global, aunque con impacto asimétrico. Hay países más y menos afectados e incluso algunos, en lo que a economía se refiere, beneficiados. Tal es el caso de España.
En tiempos críticos e inciertos, se hace evidente la búsqueda de certezas. El temor a las distintas formas de pérdida renueva en las personas el deseo de proteger aquello por lo que siempre lucharon: su patrimonio, el legado a su familia. Si bien es cierto que la demanda se ve afectada frente a la gran incertidumbre, también sabemos que el inmueble es un claro valor de refugio. Y el inmueble adquirido de manera inteligente, detectando un mercado de oportunidad como es España, es aún más tentador.
Analizando las métricas de diversos mercados, frente a otros desarrollados de Europa y a USA (mercado residencial un 55% y comercial un 52% por encima de la burbuja del 2008), se desprende España ofreciendo refugio de valor y precios atractivos, (mercado residencial aun 30% debajo del 2008), ante la incertidumbre del mercado financiero y la fuerte inflación. Estos rebotes de inflación (que en España, durante febrero se situó en su nivel más alto desde 1989: 7,4%) se verán sin dudas, reflejados en los precios finales del comprador. A mayor inflación, el invertir en activos reales se presenta como la respuesta.
Sabemos que Rusia es uno de los principales exportadores de gas y de otras materias primas y metales esenciales para la industria, por lo que se producirá un aumento de la factura energética y se generarán más cuellos de botella en la producción.
La lectura de la realidad nos indica que muy probablemente no subirán las tasas en Europa, y si lo hace serán subidas muy leves, aunque si se ve una subida de precios, sobre todo en insumos energéticos vitales como gas y petróleo. El Euro se deprecia y esto es bueno para impulsar la ya buena posición de España, pues la torna más competitiva para atraer turismo e inversión extranjera.
España puede posicionarse como un destino turístico más seguro que generara mas empleo. El endeudamiento privado es bajo, lo mismo que las tasas y el nivel de stock. Pero la demanda es fuerte y subieron el costo de construcción y la inflación. Todo este panorama se traduce en volatilidad del mercado financiero y en una renta fija cercana a 0, ambas variables están operando como impulsores de la demanda de bienes reales.
Otra variable interesante, producto de esta guerra que sorprende y lastima al mundo, es que tanto rusos como ucranianos están acelerando la compra de vivienda en España ante un posible corralito en sus países. Es lógico que quienes lo tengan a su alcance, intenten resguardar su patrimonio para volver a comenzar cuando el horror pase.
Los expertos en inversiones globales de Real Estate vemos en España una gran oportunidad para incrementar el capital en los próximos años, atentos a una coyuntura compleja y desafiante.
Fuente: El Mundo Financiero