A largo plazo, las tasas de apreciación anual real de las inversiones inmobiliarias tienden a cero. El modelo disruptivo de INMSA genera rendimientos por encima del 10% anual neto con inversiones sofisticadas en mercados desarrollados. Una gran oportunidad para inversores latinoamericanos que no solo quieran proteger su capital frente a la volatilidad de la pandemia sino maximizarlo.

Históricamente, las inversiones inmobiliarias fueron pensadas como alternativas de bajo riesgo para diversificar carteras y conservar valor frente a la inflación. A través de desarrolladores o brokers inmobiliarios, que se dedican  a producir o vender inmuebles los inversores tradicionales adquieren activos y en su mayoría los mantienen a largo plazo, lo que implica contar con una sola  variable que incrementa el patrimonio,  la rentabilidad por alquiler, en el mundo es cada vez más baja y promedia el 3% anual. Pero para un inversor sofisticado, ese modelo es ya obsoleto. Las soluciones personalizadas de INMSA incorporan la tasa de descuento en la compra como variable fundamental y la fuerte tasa de apreciación que se produce luego de la salida de un crisis,  ofreciendo una ventana de oportunidad que depende de los movimientos del mercado.

Con mas de 15  años de experiencia y un track record de más de 10% neto de rentabilidad anual, INMSA administra inversiones de familias latinoamericanas de alto patrimonio en mercados desarrollados. Particularmente, Estados Unidos y España. “Nosotros llevamos el proceso de punta a punta: adquirir activos, gestionarlos y venderlos. Ese proceso dura  entre tres  y cinco años, dependiendo  del perfil de los inversores, de  los mercados que se operen y de los activos en los que se invierta. explica Mariano Capellino, director de INMSA.

Como ocurrió a partir de la crisis global de 2008, el mercado inmobiliario suele atravesar períodos cíclicos de depresión donde bancos, cortes judiciales y gobiernos subastan todo tipo de inmuebles. Incluyendo concursos, quiebras y hasta divorcios, las tasas de descuento presentan oportunidades para quien esté preparado para aprovecharlas. Sobre un análisis minucioso del mercado, INMSA consigue cerrar operaciones de hasta un 30% por debajo del precio de mercado, sumado a  una curva de rebote pronunciada. Ese expertise se complementa con la gestión del activo: su remodelación o reparación y la administración de la renta por alquiler. “Para los inversores dispuestos a lograr altos rendimientos y operar con nuestra  gestión, nuestro modelo es superador”, destaca Capellino. Pero aclara que “incertidumbre de la gestión  no significa riesgo: para nosotros es más riesgoso comprar un activo renovado y con un inquilino cuyo valor será mayor a que comprarlo vacío y deteriorado ya que  la capacidad para agregarle valor, aumenta la rentabilidad de la inversión”.

La crisis global del coronavirus presenta oportunidades interesantes en mercados estables y jurídicamente seguros como España. Con la caída del PBI y la actividad económica, los bancos comienzan a liberar su inventario y se presentan oportunidades en oficinas y locales comerciales y hoteles principalmente. En cambio en Estados Unidos,  un mercado  con inventarios mínimos y fuertes volúmenes de ventas debido a la reciente baja de interés de prestamos hipotecarios brinda pocas oportunidades y la más destacada sigue siendo la ciudad de Detroit, que luego de haber caído en bancarrota en el año 2013 aún siguen en proceso de recuperación.

Las oportunidades existen, aún en las crisis. Solo hay que saber aprovecharlas.

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Fuente: Bank Magazine