Luego de una pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, en el 2023 llegó la Guerra de Gaza para sacudir a los sectores económicos y financieros a nivel global, entre ellos, el mercado inmobiliario que, aunque no parezca, resulta sensible ante este tipo de acontecimientos.
Al respecto, Mariano Capellino, director general de Inmsa Real Estate Investments Management, explicó que el entorno de altos niveles de inflación e incrementos en las tasas de interés que se ha observado en distintas regiones del mundo ha ocasionado que los compradores y vendedores de bienes raíces no tengan claro cuál es el precio de las propiedades, lo que frena las operaciones.
“Estimamos que la inversión inmobiliaria en 2024 se mantendrá en los niveles del 2023, y no se recuperará hasta el 2025, porque la guerra entre Israel y Hamás ha terminado por derribar las previsiones más optimistas”, afirmó el experto.
Sin embargo, el estallido de la nueva guerra en Medio Oriente llegó en un momento en el que los bancos centrales más importantes del mundo frenaron, al menos por ahora, los aumentos de sus tasas de interés.
En diciembre del 2023, la Reserva Federal de Estados Unidos manifestó que su objetivo es llevar sus tasas a 4.6% para finales del 2024. Por su parte, ese mismo mes, el Banco Central Europeo, al igual que en octubre, mantuvo sus tasas en 4.5 por ciento.
“Como ya se sabe, los aumentos de las tasas de interés impactan directamente en las tasas hipotecarias. Por ejemplo, la tasa de una hipoteca fija a 30 años en Estados Unidos rondaba en 8% hace unas semanas, el máximo en más de dos décadas. Recientemente, cayó a 6.83%, su nivel más bajo desde junio”, comentó Capellino.
Una situación similar se vive en Europa: el Euríbor, índice de referencia de los bancos europeos, a 12 meses batió un récord desde el 2008 y rompió la barrera del 4.2%, mientras que recientemente también ha caído hasta 3.58 por ciento.
A pesar del descenso de las tasas, apuntó Capellino, “las gestoras calculan una caída de la inversión en Europa en torno a 70% y 50% en España, como consecuencia de la agresiva subida de tipos de interés llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) para controlar la inflación a lo largo del 2023”.
Cabe recordar que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, un suceso similar, fue uno de los factores que impulsaron la transición hacia un nuevo mundo de tasas más altas, lo que significó que los costos de la deuda aumentaron por encima de los rendimientos de las propiedades.
De acuerdo con el análisis “Global Markets One Year After Russia’s Invasion of Ukraine”, elaborado por el fondo de capital de inversión MSCI, los volúmenes de transacciones inmobiliarias globales cayeron 64% en el cuarto trimestre del 2022 y muy pocos países escaparon a la desaceleración, ya que “las expectativas de precios de compradores y vendedores se separaron, lo que provocó una caída sustancial de la liquidez”.
“Contracción debería acabar en un año”
A pesar de la complejidad del escenario actual, el director de Inmsa remarcó que los precios de los activos inmobiliarios se encuentran en una fase de corrección de precios, la cual podría mantenerse hasta la primera mitad del 2024 y generar un ajuste de 20% respecto a los precios que se alcanzaron en el 2022.
“Debido a ello, por mucho que la guerra de Israel contra Hamás haya complicado la coyuntura internacional, la contracción debería acabar en un año aproximadamente, siempre y cuando los bancos centrales consigan controlar la inflación y los tipos de interés comiencen a bajar, algo que se supone sucederá a partir de 2024”, agregó Capellino.
Para el experto, quienes más sufrirán las elevadas tasas de interés son los inversores institucionales, ya que, normalmente, invierten con altos niveles de apalancamiento financiero.
Mientras que las mejores oportunidades en el mercado inmobiliario, actualmente se podrían encontrar en los segmentos vinculados a la logística y oficinas para cambio de uso, seguidas del sector comercial.
“Si se logran adquirir allí propiedades con grandes descuentos, un efecto rebote se producirá en los precios de las propiedades, lo que en los próximos dos o tres años ofrecerá la posibilidad de venderlas y obtener retornos extraordinarios”, concluyó el especialista.
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Fuente: El Economista de México